Un castro con dos momentos de ocupación diferentes
Las excavaciones realizadas dejaron al descubierto dos momentos ocupacionales diferenciados. Un primer momento del Hierro II (desde el siglo V a.n.e. hasta el siglo I a.n.e.) y una reocupación tardía de entre los siglos IV y V. Esta reocupación está relacionada con la fuerte crisis del siglo III, un período de inestabilidad social y económica, de violencia y convulsión que motivó el abandono de villas, ciudades y el retorno al campo. Una vuelta a los castros para protegerse en estos asentamientos fortificados que aún conservaban sus murallas.
Yacimiento formado por dos recintos, el primero situado en la parte alta y graduado en dos niveles, y el inferior orientado hacia el oeste.
En la parte norte del recinto superior se observa un parapeto de unos 2 m de altura por la parte interna. En ese sector se observan igualmente restos de la muralla, desmantelada en gran parte.
El monte debe su nombre a la existencia de una cruz emplazada en su cima que fue recuperada parcialmente en una de las campañas de excavación de principios del siglo XXI.
Destaca también la existencia de un molino de viento que se conserva casi íntegramente.
Un mirador natural sobre la ría de Pontevedra
Pese a su modesta altitud resulta muy visible en el paisaje y domina estratégicamente la cuenca media del río Almofrei. Se localiza a medio camino entre las tierras fértiles del valle y el monte Coirego. El yacimiento controla y domina visualmente el valle medio-bajo del Lérez, lo que lo convierte en un mirador natural destacable desde el cual es posible ver la ría de Pontevedra.