Entre el Atlántico y el Miño
El yacimiento se localiza en la cima del monte Santa Trega, en la ribera norte de la desembocadura del río Miño, un lugar estratégico y simbólico con un gran dominio visual del entorno, controlando vías de comunicación, tierras de producción agrícola y diversos yacimientos mineros de la zona. El yacimiento se extiende por la cumbre y las laderas del monte, especialmente en la zona este.
Es el primer yacimiento arqueológico excavado en Galicia; los trabajos se iniciaron en 1914.
En la actualidad son visibles cuatro sectores: el sector norte o barrio Calvo, el sector central o barrio Mergelina, la puerta sur y varias cabañas en la cima del monte.
Se trata de un gran poblado fortificado, casi una ciudad; el de mayores dimensiones de la provincia de Pontevedra y posiblemente de Galicia, con una ocupación continuada desde el siglo IV a.n.e. al siglo I. En la Edad Media se erige la capilla que da nombre al monte.
Las excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento dejan claro que existen tres momentos o fases de ocupación claros. Una primera fase en el siglo IV a.n.e. de cabañas en material perecedero de las que se conservan zanjas, agujeros de poste y fosas; una segunda fase en el siglo II a. e. c. de cabañas circulares en piedra; una tercera fase entre el siglo I a. e. c. y la segunda mitad del siglo I caracterizada por una reordenación del espacio con aterrazamientos y calles empedradas en torno a las cuales se construirán las viviendas. En esta última fase también se configura todo un sistema de aprovechamiento de las aguas a través de canales y aljibes.
El monte no solo destaca por ser un yacimiento arqueológico de primer orden, sino también por ser un auténtico monumento natural que controla visualmente desde Portugal a Finisterre.
Un monumento natural y cultural
El monte Santa Trega es uno de los enclaves turísticos más importantes de Galicia y lugar de visita obligada por su importante valor arqueológico y paisajístico.
El gran yacimiento arqueológico ocupa unas 20 hectáreas, de las cuales tan solo está excavada una pequeña parte. Sus orígenes se remontan al siglo IV a.n.e. y alcanza su auge en el cambio de era, cuando se desarrolla aquí una verdadera ciudad, de entre 3000 y 5000 habitantes, en la que confluyen las culturas mediterránea y atlántica.
El monte es un mirador natural con magníficas vistas hacia el estuario del río Miño, Portugal, valle de O Rosal y el océano Atlántico. Diferentes miradores ubicados en el monte nos permiten descubrir con detalle el entorno, junto con el Pico do Facho y el Pico de San Francisco, el punto más elevado del monte.